"La ficción oficial quiere que un emperador romano nazca en Roma, pero nací en Itálica; más tarde habría de superponer muchas otras regiones del mundo a aquel pequeño país pedregoso (...)El verdadero lugar es aquel donde por primera vez nos miramos con una mirada inteligente; mis primeras patrias fueron los libros. Y, en menor grado, las escuelas".
Marguerite Yourcenar, "Memorias de Adriano". Barcelona, Edhasa, 1985.